Peter Drucker y la Cultura Corporativa

“La cultura corporativa, se come la estrategia en el desayuno”
Peter Drucker
¿Cómo convertirla en un aliado?

PARODIA

“En un día especialmente luminoso, un pececillo iba de regreso a su hogar en la alegre y conversadora compañía de su hermano menor. Mientras lo hacían, se cruzaron con otro pececillo el cual les preguntó… 

¿Y cómo está el agua por esos lados?… ¡Pues está excelente!… ¡La disfrutamos mucho! respondió el pececillo mayor…

Retomando el camino de regreso y luego de un breve silencio, el pececillo pequeño muy intrigado le  preguntó a su hermano mayor… Hermano ¿Y qué es el agua…?

 

¿Qué tanto nosotros – seres humanos – inmersos en la cotidianidad del trabajo, nos preguntamos en qué “mar” estamos navegando?

En lo cotidiano del trabajo, difícilmente nos preguntaremos en qué cultura corporativa estamos navegando. Simplemente “no ha lugar”. Sería lo mismo que un violinista de una gran orquesta sinfónica, se preguntará cómo toca cuando está tocando. Simplemente toca como tiene que tocar, inmerso en la compleja fluidez de los sucesos de la música en curso. Hace lo que tiene que hacer, no solamente porque es lo que está escrito en la partitura, sino porque su motricidad física, mental y emocional, navega en un estado de sinergia lanzada con los otros músicos. Todos ungidos por la magia en la batuta del Director.

Algo semejante nos ocurre cuando trabajamos. Haciendo lo que tenemos que hacer, navegamos inmersos en un estado de sinergia en movimiento lanzado que hemos aprendido trabajando juntos. Usualmente, no nos preguntamos cómo trabajamos cuando estamos trabajando. Hacemos lo que hacemos, porque somos parte de una enorme diversidad de micro relaciones interpersonales que nos mueven, lanzados en pre-acuerdos y convencionalismos operacionales que nos inducen y presionan por hacer lo acostumbrado. Es entendible entonces la resistencia a los cambios y lo difícil que puede llegar a ser la puesta en marcha de una estrategia de innovación o de mejora continua

La genial y demoledora metáfora de Peter Druker – la cultura corporativa se come la estrategia en el desayuno – no dice mucho acerca de cómo acoplar estrategia y cultura.  Sin embargo sí podemos colegir de ella, una conclusión casi irrefutable: El éxito de cualquier estrategia operacional, pasa necesariamente por ser acompañada con una estrategia paralela de adherencia masiva al cambio cultural, para todos los niveles.

¿Y cómo hacer esa estrategia?  Llevando a terreno la tesis de Martin Heidegger, “Los seres moramos en el lenguaje. El lenguaje es la casa del ser”.

¿Qué significa eso?

  • Que todo el bagaje de creencias, usos y costumbres que nos inspiran y mueven como equipo de trabajo, toma cuerpo y vida en la diversidad de posturas y rutinas conversacionales que hemos aprendido trabajando juntos. Con buenas y malas prácticas.
  • Que funcionamos en la dinámica de un discurso corporativo, estacionado en alguna posición entre la excelencia y la mediocridad. O en las palabras  de Marcial Losada, estacionado en alguna posición entre la conectividad positiva y la conectividad negativa.
  • Que la decisión de renovar discurso corporativo que nos relaciona, es una alternativa viable y a la mano, para convertirlo en un aliado de las estrategias de excelencia operacional. 
  • Que habilidad para repensar y crecer juntos es ante todo, una habilidad conversacional cuya efectividad, que tiene asiento en el poder socio-ontológico del lenguaje.

¿Y cuál es el desafío?

Ponga a trabajar la experiencia de las personas en resolver proactivamente las situaciones, los problemas y los dilemas que afectan las operaciones por las cuales responden como equipo. Es una estrategia de aprendizaje colaborativo que convierte a las personas en protagonistas de su propio cambio cultural.  

La metodología de trabajo para este fin ya existe y su mayor ventaja comparativa, consiste en mejorar la productividad resolviendo en su origen la recurrencia de las fallas operativas evitables. Significa más producción, menos costos específicos, menos accidentes y mejor clima laboral con las mismas personas, maquinarias y sistemas.