La Paradoja de la rana, las abejas y las moscas

LA RANA

Se afirma que si uno coloca una rana en un recipiente con agua caliente, tal como podría esperarse, la rana escapa. Sin embargo si es colocada en un recipiente con agua a temperatura ambiente y luego se calienta muy lentamente, la rana no escapa y termina muriendo cocida. Su sistema sensor, no advierte los cambios lentos de temperatura y no llega a saber que se está muriendo.

El mensaje es que muchas organizaciones viven largas agonías o terminan por desaparecer, porque no llegan nunca a saber que su medio está cambiando. Y si alguno se llega a dar cuenta, se buscan razones para explicar pero no para resolver.

La resistencia al cambio, la fuerza de los usos y costumbres, la tácita presencia de lo permitido y lo prohibido y tantas otras formas del sentido común pueden llegar a ser una fortaleza colectiva tan formidable como ciega.

No nos damos cuenta que estamos en la dirección equivocada y si nos damos cuenta, nos quedamos con la idea que otros son los que debieran tomar la iniciativa.

MOSCAS Y ABEJAS

Karl E. Weick, un teórico del fenómeno organizacional relata un curioso experimento de Gordon Siu.

» … Si se meten seis abejas y seis moscas en una botella y se coloca esta horizontalmente, con el fondo contra la ventana, se verá que las abejas no dejan de luchar por encontrar la salida a través de vidrio hasta que mueren de agotamiento o de hambre; mientras que las moscas, en menos de dos minutos, habrán salido por el cuello al otro lado… Es el amor de las abejas por la luz, su misma inteligencia, lo que las pierde en este experimento. Probablemente se imaginan que la salida de una prisión debe encontrarse donde la luz brilla más y obran en consecuencia y persisten en esta actitud bastante lógica.

Para ellas el vidrio es un misterio sobrenatural que nunca han visto, nunca han tenido una experiencia de esta atmósfera repentinamente impenetrable y, cuanto más desarrollada sea su inteligencia, más inadmisible y más incomprensible aparecerá este extraño obstáculo.

Mientras que las tontas moscas, indiferentes a la lógica como al enigma del vidrio, hacen caso omiso del llamado de la luz, vuelan al azar de aquí para allá y encuentran la buena suerte que a menudo sonríe a los ingenuos que encuentran la salvación donde los sabios perecen, y acaban necesariamente, por descubrir la abertura que les devuelve la libertad.”

Y Weick concluye…

“Este episodio habla de experimentación, de perseverancia, de ensayos y de errores, de riesgos, de improvisación, de la mejor vía, de desviaciones, de confusión, de rigidez y de azar, todos en juego para hacer frente al cambio. Entre los más notables contrastes están los que oscilan de la rigidez a la flexibilidad. Hay diferencias en el grado en que los medios dependen de los fines, en que las acciones son controladas por las intenciones, las soluciones son guiadas por la imitación del vecino, la retroalimentación orienta la investigación, los primeros movimientos determinan los que siguen, la experiencia pasada ordena la actividad presente, la lógica domina la exploración y el grado según el cual la prudencia y la inteligencia influyen sobre la manera de comportarse. En este ejemplo, ataduras flexibles facilitan los medios para que algunos agentes puedan superar un cambio fundamental en su ambiente.

Cada mosca vuela, atada vagamente a su vecina y a su propio pasado y hace numerosas adaptaciones idiosincrásicas que, finalmente, le resuelven el problema de escaparse. La flexibilidad es un activo en este caso particular, pero no está claro en qué medida y en qué momento ella contribuye a un cambio afortunado y cómo la acción debe modificarse para que haga frente a la realidad de esta flexibilidad.»

A menudo la salvación está en el cambio – pero no siempre.  Si en un acto de imaginación y malabarismo mental conectamos esta parábola, con la parábola de la rana hervida se produce una paradoja:

mientras la rana se muere sin saber que se está muriendo hervida, la abeja sabe que se está muriendo y no encuentra la salida.

La paradoja es que ambas se mueren. Una porque no sabe que su medio está cambiando (la rana) y la otra (la abeja) porque no sabe cambiar.

¿Cuántas organizaciones hemos visto desaparecer o languidecer porque sus Líderes no saben que su medio está cambiando?…

¿Y cuántas otras porque sus Líderes no saben encontrar una salida?

Uno de los mensajes que rescato es que trabajar harto como las abejas no basta y andar en puras voladas como las moscas tampoco. Para mi gusto, lo determinante es poner a trabajar la inteligencia cooperativa en el mejoramiento continuo de los indicadores de productividad (hoy) y competitividad (futuro). Tal cosa significa asumir y responder oportunamente a la creciente necesidad de aprender a mejorar a la velocidad de los mejores competidores.

Menos que eso, significa que algún día seremos superados, aunque alguna vez hayamos estado en los primeros lugares.

Progrest.